Cuenta la leyenda que en el valle de Locumba existen las famosas «cabezas voladoras». Esta historia comienza cuando un agricultor caminaba de noche por su chacra, después de regar su pequeña parcela. De pronto, escuchó gritos espantosos de personas que provenían de lejos, sin saber de qué se trataba. Acercándose cada vez más al lugar, notó que no había nadie, pero seguía oyendo los gritos. Caminando se topó con un árbol, y al mirar hacia arriba se dio con la sorpresa de encontrar una cabeza humana sin cuerpo, atascada en aquel árbol: Tenía el pelo largo, pedía ayuda y auxilio al agricultor.
El agricultor no sabía qué hacer, repuesto de la sorpresa; empezó a correr, rápidamente, sin mirar atrás y cayó al suelo. Cuando se levantó ya no escuchaba los gritos de la cabeza voladora, temblando de miedo regresó de nuevo al lugar y se dio cuenta que la cabeza ya no estaba allí. Se asustó mucho quedando inmóvil. Éste al escuchar nuevamente el sonido gutural volteó rápidamente y ahí estaba la misma cabeza. Esta vez, en lugar de cabellos tenía varias serpientes venenosas, y su rostro era de color azul con ojos rojos y sangrando por el cuello. El agricultor al ver a la cabeza voladora, se desmayó y cayó pesadamente al suelo.
Dos días después de lo ocurrido, despertó. Estaba postrado en una cama y muy enfermo. Sus familiares le dijeron que tenía una enfermedad incurable, este se puso penoso y decidió contar lo sucedido a su familia explicó el por qué lo encontraron desmayado.
Después de quince días, de lo sucedido en aquella noche de terror, el agricultor murió. Desde entonces, los pobladores locumbeños creemos en esto, la existencia de las cabezas voladoras.
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