El Hospital San Juan de Dios fue uno de los más antiguos de Colombia. A lo largo de los años, se convirtió en un lugar de sufrimiento y muerte. Se dice que miles de pacientes murieron en sus pasillos debido a enfermedades graves, negligencias médicas y a las deplorables condiciones en las que el hospital operaba en sus últimos años. Desde su cierre, han surgido innumerables relatos sobre sucesos inexplicables dentro del edificio abandonado.
Una de las historias más aterradoras es la de los “niños fantasmas”. Varios visitantes y vigilantes que han entrado al hospital después de su clausura aseguran haber escuchado risas infantiles en los pasillos vacíos, junto con el sonido de pequeños pasos corriendo. Lo que hace más perturbadora esta historia es que el área donde se escuchan estos ruidos solía ser la zona pediátrica, donde niños gravemente enfermos pasaban sus últimos días. Algunos testimonios afirman que en ciertas noches, las luces del hospital se encienden y se ven pequeñas sombras corriendo por los corredores.
En uno de los eventos más documentados, un vigilante relató que, mientras hacía una ronda nocturna en uno de los pabellones abandonados, vio a una niña vestida con una bata blanca parada frente a una de las puertas. La figura estaba completamente inmóvil. El guardia, confundido, pensó que quizás alguien se había colado, pero al acercarse, la niña simplemente desapareció ante sus ojos. Tras el incidente, otros compañeros de seguridad reportaron ver a la misma niña en diferentes partes del hospital, siempre con su bata y en completo silencio.
Además de los niños fantasmas, las personas que han explorado el hospital hablan de objetos que se mueven solos, puertas que se cierran de golpe, y un escalofrío constante que recorre el cuerpo al caminar por sus salas abandonadas. Las ventanas, rotas y sucias, parecen vibrar con un aire pesado, como si el lugar aún estuviera cargado de sufrimiento y muerte. Los médicos y pacientes que murieron en este lugar parecen no haber encontrado la paz.
A día de hoy, el Hospital San Juan de Dios permanece cerrado al público, pero eso no ha detenido a curiosos y cazadores de lo paranormal que buscan una experiencia escalofriante en uno de los lugares más embrujados de Colombia.